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Octubre 2013
Edición No. 296
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simas torreonSimas, cloaca de Torreón



José María Mena Rentería


Cloaca es el Sistema Municipal de Agua y Saneamiento, (Simas), de Torreón, donde torcidos manejos en términos “administrativos” han acabado por situar a la paramunicipal en el abismo de un caos propiciado por manipulaciones “políticas” toleradas por quienes medran en el ámbito oficial, presidentes municipales incluso.

En los tres últimos períodos de gobierno tal ha sido el acontecer en esa dependencia, donde voraz, un manoteo sin precedentes ha perjudicado a los torreonenses cuyo suministro de agua -vital y prioritario- han manoseado los que en plan de funcionarios con salarios de más de 100 mil mensuales, han llegado al Simas, socavándolo con percepciones faraónicas, para no “vivir en el error”.

Usted amable lector, ¿Ha quedado enterado alguna vez como suscriptor del Simas del monto de sueldos como los que “por sus pistolas” se han abrogado los que a nivel de directivos o funcionarios medran en la paramunicipal?

Claro que no. Sin embargo son los suscriptores del Simas los que hacen posible, con lo que pagan, cubrir el monto de “sueldos” y, se supone, del servicio y la infrestructura, que la ciudad requiere para que haya disponibilidad de agua y de drenaje algo que, no es un secreto, nunca aportado con eficiencia.

Así el verano, año tras año, ha sido período de severa escasez del líquido elemento, continuado -en época de lluvias- con “caídas” de colectores de drenaje en el perímetro urbano que al quedar descubiertos llevan a establecer cómo sus instaladores han puesto el mayor énfasis en obtener la mayor ganancia con la menor inversión posible. Los resultados están a la vista. Una sola acción por parte del Simas hay expedita, puntual y sin falla:

El envío de recibos “por consumo de agua y por uso del servicio de drenaje” aunque ambos dejen mucho que desear. Por otra parte, además del incremento en el monto de esa facturación aparecen “misteriosos” añadidos como “recargo”.

Hasta hace días el gerente del Simas, Jesús Campos, renunció durante la tercera semana de septiembre del año en curso, justo antes de que los integrantes del consejo del Simas determinasen lo conducente en torno a la auditoría que debe implementarse para que, se supone, haya cuentas claras.

Mientras el esclarecimiento real de la situación financiera y administrativa no sea dada a conocer, el Simas grávido irá de la condición de cloaca pestilente y putrefacta, estado de descomposición propiciado por rapiñas de toda índole y de todos calibre.

Ante puestos a los de los torreonenes han “prevalecido”, como hasta hoy día, los intereses de una clase “política” afectada por una voracidad lobuna, y los de “autoridades” que como las actuales, cercanas se ubican a la exhibición de pasar a conformar el más lamentable y triste capítulo de la historia del municipio de Torreón.

 
 
 
mena_josemaria@hotmail.com.mx
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